La temporalidad de los contratos de trabajo en España
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¿Cuánto tiempo llevas trabajando en la misma empresa? En el pasado, era común que una persona mantuviera a su familia con el trabajo que había conseguido en su juventud, nada que ver con La temporalidad laboral actual. Desde el momento que entraba al mercado laboral, se aseguraba un puesto en la empresa contratante, y permanecía en él hasta envejecer. Hoy por hoy, en cambio, la temporalidad de los contratos de trabajo en España es un problema que sigue acentuándose.
¿Qué es la temporalidad laboral y por qué no es buena para la sociedad?
Cuando buscas empleo, ¿por cuánto tiempo te gustaría ser contratado? En la mayoría de los casos, se aspira a disfrutar de un contrato laboral indefinido o por una larga temporada, lo que disminuye la incertidumbre propia del desempleo. Antaño, la modalidad de contratación más usada por el sector empresarial eran los contratos indefinidos, mientras que el término ‘temporalidad laboral’ apenas figuraba como una opción más.
La realidad actual es otra, pues con el paso de los años y las reformas legislativas se ha visto crecer el índice de contratación temporal, y la disminución de relaciones contractuales permanentes o indefinidas. La temporalidad laboral no es otra cosa que la condición en la que se haya una actividad que está sujeta a limitaciones de tiempo. Un contrato temporal fija, desde el mismo principio de su firma, la fecha de caducidad.
¿Qué significa que la tasa de temporalidad laboral aumente?
Hoy en día, en España se tiene una tasa de empleo temporal del 26,4%, que, si bien ha bajado con la reforma laboral de los últimos años, no deja de ser una cifra alta. Esto significa que más personas, particularmente jóvenes de entre 16 a 25 años, no cuentan con un empleo permanente. Por lo general, la temporalidad laboral es un claro indicio de precariedad e inestabilidad laboral.
- La principal diferencia entre un contrato indefinido y uno temporal, es el tipo de indemnización que recibe el trabajador una vez finaliza el contrato.
- En el caso del temporal, la indemnización es de 12 días de salario por año de servicio, y en el caso de interinidad, no corresponde indemnización.
- En cambio, los trabajadores bajo contrato indefinido reciben una indemnización por despido de 20 días de salario por año de trabajo.
Cuando las empresas prefieren contratar empleados temporales, revelan que no están en capacidad para asumir un compromiso permanente con sus trabajadores. Quizá no cuentan con los recursos para invertir o expandirse, lo que supone un deterioro del sector comercial, con daños directos a la economía del país. Esa misma inestabilidad genera miedo a la inversión, acentuando aún más el problema.
No toda temporalidad es mala, a menos que se generalice
Claro está, no toda temporalidad laboral es mala en sí misma, ni mucho menos. Ciertas actividades laborales transcurren en fechas específicas, interrumpiéndose fuera de ellas. Por ejemplo, el sector turístico necesita contratar trabajadores de manera temporal, no indefinida. Cuando llega la temporada de vacaciones, es imprescindible nutrir la plantilla de trabajadores mediante contratación temporal.
Ahora bien, el problema de la temporalidad radica en lo rápido que puede generalizarse, convirtiéndose en el primer paso para llegar a un alto índice de desempleo. Además, los contratos temporales no promueven la especialización del personal, y si acaso le brinda capacitación, coartan su desempeño y motivación. Esto puede ser fatal, por ejemplo, para un joven que busca emprender e incorporarse a la sociedad como un ciudadano productivo.
La dualidad laboral y la brecha entre contratos temporales e indefinidos
Mientras exista en España preferencia por la contratación temporal de parte del sector empresarial, la dualidad laboral no dejará de existir. La necesidad de contar con empleo obliga a muchos a ver las contrataciones temporales como su única opción. No importa si el riesgo de despido es mayor o los beneficios son pocos, mientras se generen los ingresos para subsistir una temporada.