El contrato de trabajo temporal, es uno de los modelos de contrato de trabajo que se distingue de otros por una característica particular: La fecha de finalización está estipulada en él. Mediante este contrato, se intenta realizar servicios u obras con autonomía, dentro del sector al cual sirve la empresa contratante.
Un contrato de trabajo temporal, se puede celebrar a tiempo parcial o completo y para formalizarse, se debe acordar por escrito, especificando la forma de contratación e identificando lo suficiente tanto la obra o el servicio que establece tanto su objeto, como su duración y la labor que se desarrollará. Si se necesita alguna prórroga, es necesario comunicarla al Servicio Público de Empleo, dentro de los diez días posteriores a su formalización.
La extinción del contrato de trabajo temporal, se puede lograr siempre que haya una denuncia de las partes involucradas en el acuerdo, cuando culmine el servicio o la obra que sea objeto de esta convención.
Si el contrato tiene una duración estipulada superior a un año, quien realice la denuncia debe notificar a la otra parte que el acuerdo ha finalizado, lo cual puede hacer con un mínimo de quince días de antelación. Caso contrario, el empresario tendrá que abonar por concepto de indemnización laboral, lo equivalente al salario que corresponda correspondiente a las jornadas en las que no se cumplió este plazo.
Si al término de la ejecución del servicio o la obra, el empleado sigue trabajando sin que haya alguna denuncia por parte del empresario, el contrato se considerará como indefinido de manera tácita, salvo que existan documentos con los que se demuestre que estos servicios se prestaban de manera temporal.
Cuando finalice el contrato, el trabajador podría recibir una indemnización de cuantía equivalente de forma proporcional a lo que resulte de pagar un número de días de salario por cada año de servicio prestado, o lo que se estipule en la norma que aplique al caso.